lunes, 28 de marzo de 2011

Medidas valientes, o ¡valientes medidas!

El Sr. Presidente de la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia, D. Ramón Luis Valcárcel Siso, ante la situación económica que atraviesa la Región, según él, culpa de Zapatero, cómo no, ha diseñado una serie de "medidas muy valientes", que incluyen el copago de la sanidad pública, de la enseñanza pública y de la dependencia. O sea que, ya sabemos, el que no tenga recursos para pagarse una sanidad privada, una educación privada o una asistencia, deberá hacer un copago para poder seguir disfrutando de esa asistencia. Dice el Sr. Valcárcel: "El yo invito y tu pagas, tan característico de Zapatero, no nos vale" Que yo sepa, hasta ahora, los sueldos de los funcionarios (incluido el mío, incluido el de los interinos como el señor Valcárcel y el aludido Zapatero) los pagamos los ciudadanos con nuestros impuestos, de los mismos que ha salido el pago de la sanidad y la escuela públicas. O sea, que más que copago sería, como ha dicho alguien, el re-pago: pagar dos veces por lo mismo. Y respecto a la frase: "El yo invito y tu pagas", no sé muy bien que es lo que no le vale al Sr. Valcárcel, si el lleva 16 años invitando (a grandes obras públicas y proyectos tipo aeropuerto, TV, etc. públicos -paga gastos-/privados -cobra beneficios-), haciendo una pésima gestión económica de la que resulta el estado actual d elas cuentas en esta Comunidad que ahora, otra vez, tenemos que pagar los ciudadanos. ¡Vaya morro, Sr. Valcárcel! ¡Eso sí que es ir de gorra! ¡Valientes medidas!

jueves, 17 de marzo de 2011

Déjà vû

La realmente apocalíptica situación de Japón ha hecho aflorar de nuevo el debate sobre el uso de la energía nuclear. Este debate o me suena a déjà vû o me rejuvenece. Es un día de marzo de 1976, clase de doctorado de "Isótopos en Biología", surge el debate sobre la energía nuclear, el profesor argumenta la limpieza, la falta de emisiones de CO2, el bajo coste y, sobre los riesgos, "también se rompen las presas y hay inundaciones y muertes", contraargumento: sí, pero el agua se seca y ya está, la radiación no se acaba en años". Silencio. Luego vino Chernobil. Ahora es lo mismo, añadiendo que se ha caído el mito: "ahora son más seguras que hace 30 años". Lo único claro es que producen menos CO2, pero ¿qué otras cosas producen o pueden producir? ¿Merece la pena asumir el riesgo? Yo creo que no. Por cierto, el aludido profesor, biólogo, trabajaba en la entonces Junta de Energía Nuclear y desgraciadamente murió de cáncer unos años después.