jueves, 6 de octubre de 2011

La realidad y la ficción

Cuando vive unas cosas y las compara con las que lee (http://www.elpais.com/articulo/ultima/Espanas/elpepiult/20111005elpepiult_1/Tes) piensa que, a veces, la realidad supera la ficción. En ese texto, hay dos caras de la realidad, una de ellas muy dura (la cara) y uno, en su entorno, se encuentra una ficción, pero que resulta que es real, aquí y ahora. Vaya lío

viernes, 16 de septiembre de 2011

¡Qué vida más diferente!

Hace ya más de 30 años, Quitín Cabrera, cantautor uruguayo-español (catalán) hizo una buena canción que empezaba así:

¡Qué vida más diferente
la mía y la suya,
señor Presidente! http://www.youtube.com/watch?v=Tencm_wE7K8

Que me perdone pido, allá donde esté (hace ya más de dos años que murió), si tomo prestadas hoy sus palabras, pero es que me han vuelto a la memoria, y salvando las distancias, al oir que el presidente Valcárcel se va a negar a aplicar, en la Región de Murcia, el impuesto sobre el patrimonio que hoy va a aprobar el Consejo de Ministros. No entraré en el aparente oportunismo de esta manifestación a dos meses vistas de unas elecciones generales en las que su partido se da ya por ganador (a ver el papelón si luego su jefe de filas decide, cuando gobierne, que, a lo hecho, pecho, y que no retira el impuesto de patrimonio, pero, bueno, no sería la primera vez del donde "dije digo, digo Diego"). Pero sí entro en las diferencias que hay en las posibilidades y consecuencias de las negativas frente a una ley que tenemos el Sr. Presidente y yo, humilde cotizante. Porque, ¿qué pasaría si yo decidiera dejar de pagar impuestos por no estar de acuerdo con el destino que se da a ese dinero? Aunque no lo parezca, hablamos casi de lo mismo por el resultado: yo decido no pagar y el Sr. Presidente decide no recaudar, pero, por mucho que el fisco deje de recaudar mucho más con la actitud del Sr. Presidente, yo sería multado e incluso iría a la cárcel, pero él no. Qué vida más diferente la mía y la suya, Sr. Presidente.
Si yo decido no pagar impuestos, tendré que dar muchas explicaciones a los inspectores de Hacienda y, al final, pagar o ser sancionado, mientras que el Sr. Presidente, digo yo que tendrá que darlas no sólo a sus electores, si no a toda la ciudadanía, máxime cuando, además, les diga que se tienen que apretar más el cinturón para salir del agujero sin aplicar el impuesto de patrimonio. Qué medidas más diferentes se toman a veces, Sr. Presidente.
Y cómo convencer de que el impuesto sobre el patrimonio era bueno hace nueve años, cuando gobernaba Aznar, y se cumplía en la Región de Murcia, y ahora, que será (esperemos) más progresivo, es malo y por eso no se aplicará. Pero Ud. podrá convencer repitiéndolo en el Canal 7, Onda Regional, la prensa regional, las veces que sea, mientras que yo tendré suerte si me publican esta tira en esa misma prensa. Qué poder tan diferente el mío y el suyo, Sr. Presidente.

lunes, 28 de marzo de 2011

Medidas valientes, o ¡valientes medidas!

El Sr. Presidente de la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia, D. Ramón Luis Valcárcel Siso, ante la situación económica que atraviesa la Región, según él, culpa de Zapatero, cómo no, ha diseñado una serie de "medidas muy valientes", que incluyen el copago de la sanidad pública, de la enseñanza pública y de la dependencia. O sea que, ya sabemos, el que no tenga recursos para pagarse una sanidad privada, una educación privada o una asistencia, deberá hacer un copago para poder seguir disfrutando de esa asistencia. Dice el Sr. Valcárcel: "El yo invito y tu pagas, tan característico de Zapatero, no nos vale" Que yo sepa, hasta ahora, los sueldos de los funcionarios (incluido el mío, incluido el de los interinos como el señor Valcárcel y el aludido Zapatero) los pagamos los ciudadanos con nuestros impuestos, de los mismos que ha salido el pago de la sanidad y la escuela públicas. O sea, que más que copago sería, como ha dicho alguien, el re-pago: pagar dos veces por lo mismo. Y respecto a la frase: "El yo invito y tu pagas", no sé muy bien que es lo que no le vale al Sr. Valcárcel, si el lleva 16 años invitando (a grandes obras públicas y proyectos tipo aeropuerto, TV, etc. públicos -paga gastos-/privados -cobra beneficios-), haciendo una pésima gestión económica de la que resulta el estado actual d elas cuentas en esta Comunidad que ahora, otra vez, tenemos que pagar los ciudadanos. ¡Vaya morro, Sr. Valcárcel! ¡Eso sí que es ir de gorra! ¡Valientes medidas!

jueves, 17 de marzo de 2011

Déjà vû

La realmente apocalíptica situación de Japón ha hecho aflorar de nuevo el debate sobre el uso de la energía nuclear. Este debate o me suena a déjà vû o me rejuvenece. Es un día de marzo de 1976, clase de doctorado de "Isótopos en Biología", surge el debate sobre la energía nuclear, el profesor argumenta la limpieza, la falta de emisiones de CO2, el bajo coste y, sobre los riesgos, "también se rompen las presas y hay inundaciones y muertes", contraargumento: sí, pero el agua se seca y ya está, la radiación no se acaba en años". Silencio. Luego vino Chernobil. Ahora es lo mismo, añadiendo que se ha caído el mito: "ahora son más seguras que hace 30 años". Lo único claro es que producen menos CO2, pero ¿qué otras cosas producen o pueden producir? ¿Merece la pena asumir el riesgo? Yo creo que no. Por cierto, el aludido profesor, biólogo, trabajaba en la entonces Junta de Energía Nuclear y desgraciadamente murió de cáncer unos años después.

lunes, 17 de enero de 2011

Esta crispación absurda

El sábado, 15 de enero, en la cena, me llegó la noticia de la brutal agresión, con nocturnidad y alevosía, y en una céntrica calle de Murcia, a Pedro Alberto Cruz, Consejero de Cultura de la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia (CARM). El domingo, nos invadieron los medios con una marea de declaraciones por parte del Presidente de la CARM, a su vez tío del agredido, y otros responsables de su partido, tanto a nivel estatal como regional. Desde la condena sin excusa posible del brutal atentado contra el Consejero, quiero añadir que la dialéctica de los puños y las pistolas es incompatible con los hábitos democráticos, como demuestra lo ocurrido en los 40 años de dominio de aquellos que defendían tal dialéctica. Y quiero añadir también que comprendo la irritación de los allegados al Consejero, como pido que comprendan la mía, que la tengo, pero, por ello, también les pido que, si quieren no echar más leña al fuego de la crispación que ha surgido con este hecho (y no antes), ser moderados en las descalificaciones y las acusaciones. Los principales culpables son los que lo han hecho, y todo lo más se podrían exigir responsabilidades al Delegado del Gobierno en Murcia, pero sólo si el hecho hubiera ocurrido en una de las manifestaciones provocadas por la política de restricciones económicas impuestas, sin consulta previa, por el gobierno regional del PP. Pero ha ocurrido fuera de ese ámbito y, desgraciadamente, es muy difícil impedir que un grupo reducido se organice para partirle la cara con nocturnidad y alevosía a otro. Por ello, pedir la dimisión del Ministro del Interior suena a oportunismo político de muy poco nivel, porque, por la misma razón, ¿por qué no la del Presidente del Gobierno o la del rey? Además, el presidente de todos los murcianos (según sus propias palabras, repetidas en muchas ocasiones) acusa a toda la izquierda, sin distinción (es decir, a una buen parte de sus conciudadanos), y sobre todo haciendo especial hincapié en el principal partido de su oposición, de ser responsable del acto. Y aquí uno sacude la cabeza para sacarse el recuerdo de Alemania en 1933 y del incendio del Reichtag y sus consecuencias. Un oportunismo político que creo que no se merece el que ha sufrido la agresión, que bien podría llegar a pensar que, si para conseguir más votos hay que dejarse partir la cara, que la ponga su señor tío o el señor Rajoy. Mis deseos para una pronta recuperación de Pedro Alberto Cruz y para una inmediata detención de los culpables y que, como se dice habitualmente, el peso de la justicia caiga sobre ellos y sobre sus inductores, si es que hay tal cosa.